Hace varios meses que guardo como oro en paño un frasco del Eau de Parfum Myrrhe et Délires de Guerlain. Mi conexión con esta fragancia ha sido inmediata y la disfruto largos ratos oliendo su evolución en la piel de mi muñeca. El ingrediente al que honra, la mirra, es excepcional en perfumería, todo un reto para Thierry Wasser incorporándola a Las Colecciones Exclusivas de la Maison.
Llamádme romántica pero al ser una de las ofrendas de los Reyes Magos al niño Jesús, creo que es el momento perfecto para presentaros esta fragancia oriental y misteriosa. A una mujer Samsara hasta la médula como yo, ¿cómo no iba a seducirme?
Lo excepcional de la mirra como materia prima y su rara utilización en perfumería expresa maravillosamente la idea de las nuevas creaciones del catálogo de excepción “L’Art et la Matière“. En Guerlain es la primera vez que la mirra juega con la armonía de una fragancia. Al actual nariz de Guerlain le sorprendió su aroma y aceptó el reto de dominar sus notas olfativas.
¿Cuántos lectores sabéis que la mirra es una resina? Una gomorresina que se extrae en primavera de un arbusto de la altura de un árbol que crece sólo en Somalia, Etiopía y la península arábiga. En la foto superior, estáis viendo mirra en estado puro.
La califican de mirra divina, un materia vegetal que aparece en textos del antiguo egipcio y en la Biblia, por su papel en rituales sagrados como puente entre lo terrenal y lo divino. Sus múltiples aromas y su intensidad hacen de ella un ingrediente tan interesante como complejo de utilizar por los creadores de perfumes.
Describir Myrrhe et Délires es muy fácil para mí porque me apasionan los Orientales. Es un perfume cálido, especiado, profundo y misterioso, muy seductor. Me atrapó desde el primer segundo, como una ráfaga que capta la atención el olfato por sorpresa: estás oliendo algo complejo, único, de gran personalidad y que necesita de toda tu atención por unos segundos.
Así son todas las fragancias Guerlain, es imposible que te gusten todas porque son muy especiales, realmente originales. La que te gusta, te atrapa, no puedes dejarla. La que no, no llegarás nunca a llevarla porque será imposible acostumbrarte a ella. En Guerlain, la fragancia y el usuario comparten una estrecha relación difícil de romper. Son muchas las personas que son fieles a una de ellas durante décadas, incluso toda la vida.
Myrrhe et Délires es así. Gusta hasta el delirio o no gusta, no hay medias tintas. Su fijación es excelente, intensamente cálida desde las notas de salida hasta las de fondo, rica, acaramelada y suntuosa. ¡Fascinante! Una de las mejores que he probado nunca. Unisex, puede gustar tanto a hombres como mujeres.
El envase rectangular en vidrio, sobrio y orgulloso de su contenido (en 75 ml.), no le hace sombra. El aplicador en pera, destinado a creaciones exclusivas de la firma, sólo aparecen en series limitadas y en los demás frascos de la colección: Cruel Gardenia, Rose Barbare, Iris Ganache, Angélique Noire, Spirituese Double Vanille, Bois d’Arménie, Tonka Impériale y Cuir Beluga. Probé alguna de éstas en mi último viaje a Paris, no recuerdo cual de ellas me horrorizó.
Les Collections Exclusives sólo están disponibles en boutiques Guerlain, no las encontraréis en perfumerías selectivas. Es una de las ventajas de las que os hablaba cuando se inauguró la primera Maison Guerlain en Madrid.
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