Con la “Grande Dame” de vecina, el Metropolitan es un palacete urbano catalogado como boutique hôtel capaz de transportarnos fuera del tiempo. Fruto de una mezcla entre el lujo y la relajación, esta joya – diseñada por el arquitecto François Champsaur – pone en escena la nobleza de los materiales con los que ha sido construido, con la interactividad de los sonidos y con los juegos de transparencia.
Paneles de madera, cortinas de lino, parquet, sala de baño en granito negro importado de Zimbabwe y mármol blanco de Capri, y treinta y ocho habitaciones y diez suites declinadas en doce tonalidades para acompañar el descanso de las noches. Aquí, el ambiente tranquilo y relajante sabe como contrarrestar el estrés del día a día.
Beneficiándose de una vista incomparable sobre la Tour Eiffel, las suites se componen de una maravillosa habitación y de un salón muy cosy con un cómodo sofá y dos butacas.
Situada en el epicentro del hotel, la Galerie de colores relajantes constituye el punto de encuentro para un desayuno tranquilo y sereno, mientras que el restaurante desvela una gastronomía de influencias occidentales y asiáticas a cargo del chef Stéphane Pitré, que selecciona los mejores productos de mercado y de temporada.
El bar de la primera planta especializado en cócteles está pintado en un azul Klein, lo que constituye un auténtico elemento faro que sugiere momentos llenos de glamour para saborear un té con deliciosa pastelería o degustar insólitos cócteles realizados por Alain Duquesnes, el amo indiscutible del lugar, con una Tour Eiffel, no lejos de allí que se cuela por la ventana, iluminando la ciudad.
El “Radisson Blu Metropolitan Hotel” de París: Una invitación a la serenidad y a un montón de sueños contemplativos observando a través de sus ventanas con vistas.
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