Es cierto, si nosotros sabemos lo que estamos pagando y porqué lo estamos pagando se nos hará más fácil poder decidir que compañía nos hace la mejor oferta y así poder cambiarnos. Esto es válido para cualquier factura ya sea de teléfono, de luz o de lo que sea.
Es especialmente importante en lo que se refiere al consumo energético, ya que las subidas durante el último año han sido escandalosamente grandes e incluso estando la casa vacía nos supone un incremento enorme, y la gente está desesperada intentando ver cómo ahorrar en su consumo de luz.
El problema es que cuando nos llega la factura es un lío que nadie puede entender: que si kilovatios consumidos, que si potencia contratada, IVA…, y la verdad es que la gente no lo tiene claro, y menos lo va a tener cuando empiecen a aplicar la nueva ley de la luz en la que cada hora cambiará el precio, seguro que ni los que se han inventado estas nuevas tarifas van a entender las facturas, mucho menos el consumidor normal que lo único que quiere es poder encender la calefacción en invierno y que pueda permitirse pagarla.
Así que sería interesante que nos sentáramos un día tranquilamente a ver las facturas que nos llegan e intentáramos entender lo que en ellas pone para saber si podemos ahorrar más o no.